EFECTO REBOTE
Uno de los principales errores que comete la mayoría de la gente en su búsqueda para adelgazar es querer hacerlo demasiado rápido. Una dieta bastante rigurosa o baja en calorías, sólo ocasiona transtornos en el organismo que a la larga ocasionarán efectos negativos.
Tratemos de ponerlo en número, supongamos que una persona que está acostumbrada a consumir 3,000 calorías al día "corta" su alimentación a la mitad, esto significaría consumir sólo 1,500 calorías al día.
El organismo no reacciona como la mayoría de las personas supone:
Consumo menos calorías, pierdo x número de kilos y vuelvo a mi consumo normal de calorías. Noooo, desgraciadamente, esto no pasa así.
Lo que verdaderamente pasa es lo siguiente:
Consumo menos calorías, pierdo x número de kilos, mi organismo se acostumbra a gastar sólo 1,500 calorías, pero jamás se acostumbra a comer sólo 1,500 calorías. Poco tiempo el consumo calórico vuelve a aumentar... 1800, 2200, 2500... otra vez 3000. Sin embargo el organismo se quedó acostumbrado a vivir con sólo 1,500 calorías al día, ¿después de ahí qué viene?
Adivinaron bien, ¡EL EFECTO REBOTE!.
El peso que se había perdido "rápidamente" regresa rápidamente. Así como reza el dicho: Lo que viene fácil, fácil se va.
La única manera de evitar el efecto rebote es mediante una alimentación equilibrada, la reducción de consumo de calorías debe de hacer de manera paulatina y debe de combinarse con actividad física. De cualquier otra manera, el destino es volver a padecer de obesidad (y en muchas ocasiones inclusive mayor a la que se tenía antes).
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